Mi pasión
Arson nos habla de su trayectoria y de su trabajo como escultor.
Mi trabajo
Con frecuencia me hacen las mismas preguntas sobre mi trabajo como escultor.
¿Por qué me convertí en artista, y en escultor en particular?
¿Por qué elegir la escultura, cuando había empezado un curso de pintura en la escuela de arte y quería orientarme hacia la arquitectura?
¿Por qué estar representado por galerías de arte online líderes como Artsper o Saatchi y crear mi propio sitio web?
De hecho, no tengo una respuesta precisa sobre por qué elegí la escultura , simplemente porque no fue una elección. Es mi sensibilidad, mi interés por los materiales y los objetos, lo que gradualmente me permitió expresarme a través de la escultura. Necesito trabajar con materiales de cualquier tipo; encuentro un profundo placer en transformar un trozo de arcilla en un modelo, en tallar piedra o en verter metal en un molde de yeso que he creado a partir de un modelo o una talla. Cuando comienzo una pieza en el estudio, impulsado por una idea, un impulso irrefrenable, no tengo ni idea de cuál será el resultado, y comienza una lucha entre el material y yo.
A veces dudo de mí mismo, temo equivocarme de camino, fracasar porque la materia es más fuerte que mi voluntad de doblegarla, de darle la forma que deseo, porque se resiste a mi anhelo de transformarla. Esta sensación de resistencia es muy extraña, y a menudo tengo que forzarla. Ya te oigo trazar un paralelismo con una mujer deseada. Admito que la escultura es, ante todo, una expresión sensual que podría vincularse al amor. En mi caso, es el amor por una mujer; tú también me dirás que esto se refleja en mi obra, sin duda alguna.
Pero yo diría que mi obra es poesía surrealista, y si se la describe como iconoclasta, lo considero un halago. Demasiado se ha visto ya en el arte actual, demasiado se ha copiado y vuelto a copiar. Demasiado arte «artilugio» o «decorativo» que llena las galerías, y al que prefiero el arte de expresar una opinión, en una época en la que se nos aconseja no tener ninguna. Convertidas en pecado mortal la libertad de pensamiento, la libertad de acción y la libertad de expresión, en un mundo sin sueños ni futuro, el arte sigue siendo un medio posible.
¿Qué podría ser más bello, qué podría ser más emocionante que mi trabajo como escultora?
Por lo general, todas mis esculturas son esculpidas a mano o realizadas a partir de modelos de arcilla. Una vez terminada la escultura, creo un molde para hacer vaciados en resina, metal, bronce o estaño. Quizás se pregunten: ¿por qué vaciados y no piezas únicas? Claro que tengo muchas obras únicas, pero, lógicamente, son más caras.
Todas mis reproducciones a diferentes escalas, como la familia Esculmaux , son esculturas específicas y no simples reproducciones en 3D. El modelo 53 será más femenino que el modelo 230, y lo mismo ocurre con los demás.
Galería de esculturas
Pocos artistas pueden vivir fácilmente de su trabajo. Por eso creé mi galería de escultura en línea, y aunque expongo en algunas galerías de amigos y he participado en numerosas ferias de arte, quiero conectar directamente con los aficionados y coleccionistas que aprecian mis esculturas. Es una galería de arte virtual, sin duda, pero desde ella se puede acceder a mi estudio en el sur de Francia, donde, tras vivir unos cincuenta años en Gordes, en la región de Vaucluse, en la Provenza, resido ahora en Bouchet, un encantador pueblecito de la ruta del vino Côtes du Rhône, en la Drôme Provençale. Allí podrán descubrir mi entorno y estaré encantado de recibirles.
Vendrás a verme, siempre en la Provenza, entre los magníficos viñedos de Vacqueyras, Gigondas, Châteauneuf-du-Pape y tantas otras delicias, como el mercado de trufas de Richerenches, la fiesta de Grignan, las Chorégies d'Orange, la región del Mont Ventoux y tantos otros esplendores de estas tierras del sur donde me complace ejercer mi arte. Allí te estaré esperando.